Supermercados y Mundo Fit. Sabemos que algo es viral cuando los señores de Mercadona, LIDL o Aldi, entre otros, se hacen eco y deciden incorporarlo en sus estanterías a un precio razonable.
Pasó con los crackers de espelta, la stevia, las pizzas sin gluten y sin lactosa, los yogures proteicos, las harinas de avena, arroz, maíz, el queso sin lactosa, los macarrones hechos 100% con lenteja roja, productos integrales, tortitas de arroz con cositas por encima que están buenísimas…
No queremos decir con esto que todo lo que vendan bajo la etiqueta de sano, fit, cero por ciento y demás sea realmente sano, limpio y lo mejor para nuestro organismo.
Solo nos hacemos eco de algo evidente y es que las cadenas de supermercados donde la mayor parte de las familias españolas hacen su compra, pueden adquirir ahora productos relativamente económicos, y que antes solo se podían comprar en herbolarios o tiendas especializadas a precios más elevados.
Sin embargo, es conveniente leer muy detenidamente el envase de lo que consumimos, ya que no todos los productos que se anuncian como saludables lo son realmente.
Y debemos tener presente que, cuando el artículo tiene un precio muy competitivo, puede ser que los ingredientes también sean de una calidad inferior.
Como siempre, recomendamos leer las etiquetas (recordemos que el primer ingrediente es el que más contiene el producto) y valorar si los valores e ingredientes son realmente lo que estábamos buscando o pagando.
Un ejemplo: de todos es sabido que el cacao en alta proporción (más de 85% cacao) es saludable respetando las porciones.
Encontramos en la estantería del súper un cacao 85% sin azúcares añadidos y automáticamente pensamos que es el producto más sano que podemos encontrar. Damos la vuelta al envase y vemos que el primer ingrediente es maltitol, ni siquiera cacao.
Esto quiere decir que estamos pagando un dinero por un producto que en su mayor parte es un químico que nuestro cuerpo no reconoce. Y lo que creíamos que era un producto saludable, ya no lo es.
Lo mismo ocurre con los productos sin gluten, nueva moda que lleva años torturándonos. Los alimentos sin gluten están pensados para personas celíacas o intolerantes al gluten.
Esto no quiere decir que éstos sean más sanos que otros con gluten, simplemente son lo que personas que no toleran el gluten, que es una proteína presente en algunos cereales, necesitan en su dieta.
Además, al comprar estas pastas, bizcochos y panes sin gluten, es igualmente recomendable comprobar sus ingredientes, ya que muchos son elaborados con maíz de origen transgénico.
Similar es el caso de las carnes. Si vamos al supermercado a comprar pollo o embutido, es porque queremos consumir pollo, básicamente.
Si leemos el envase, resulta que lleva 80% de pollo en el mejor de los casos y el resto son añadidos que no deseamos. Lo mismo ocurre con el queso, que hay que estar ojo avizor porque enseguida te cuelan fécula de patata entre los ingredientes.
Dejaremos el mundo del azúcar y sus derivados para otra ocasión, pero recomendamos estar especialmente alerta a las etiquetas de productos light, por esconder en ellos edulcorantes y potenciadores de sabor que el cuerpo no identifica y no le hacen ningún bien.
En definitiva, es un placer ver productos ecológicos y orgánicos en el supermercado donde realizamos nuestra compra habitual; productos que cubren diversas intolerancias alimenticias y están realizados con variedad de cereales e ingredientes más respetuosos con nuestro organismo y el medio ambiente.
Si la vida sana es accesible tanto en oferta como en precio, más personas se sumarán al maravilloso mundo de cuidarse.